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27 diciembre, 2023

El Sillón del Diablo: la Macabra Leyenda de Valladolid

Valladolid es una ciudad con mucha historia y cultura, pero también con algunas leyendas oscuras que despiertan la curiosidad de los visitantes. Una de ellas es la del sillón del diablo, un mueble maldito que se dice que perteneció a un estudiante de medicina que practicaba la anatomía con humanos y animales, y que tenía un pacto con el maligno. ¿Qué hay de verdad en esta historia?

El estudiante portugués y su obsesión por el cuerpo humano

La leyenda se remonta al año 1550, cuando la Universidad de Medicina de Valladolid recibió a un profesor que había aprendido anatomía en Italia, Alfonso Rodríguez de Guevara. Entre sus alumnos destacaba un joven portugués llamado Andrés de Proaza, que pronto demostró tener un talento y un interés excepcionales por el estudio del cuerpo humano.

Sin embargo, su pasión se convirtió en una obsesión enfermiza que le llevó a realizar experimentos macabros con animales y personas vivas, a las que secuestraba y diseccionaba en su casa. Según la leyenda, el joven afirmaba tener un objeto mágico que le otorgaba conocimientos avanzados de medicina: un sillón de nogal y cuero que le había regalado un nigromante. El sillón tenía una peculiaridad: solo podía sentarse en él quien fuera digno de recibir su sabiduría, pues de lo contrario moriría en tres días.

El juicio de la Inquisición y el destino del sillón

La atrocidad de los crímenes de Andrés de Proaza no pasó desapercibida para los vecinos, que alertaron a las autoridades. El Tribunal del Santo Oficio se hizo cargo del caso y condenó al estudiante a morir en la horca por herejía y pacto con el diablo. Antes de morir, el joven advirtió que nadie debía tocar su sillón, pues era propiedad del mismo Satanás.

Los bienes del condenado fueron confiscados por la Universidad de Medicina, que se quedó con el sillón maldito. Sin embargo, nadie se atrevió a usarlo ni a destruirlo, por temor a su poder. El sillón quedó abandonado durante siglos, hasta que en el siglo XIX dos bedeles que lo encontraron y se sentaron en él murieron a los pocos días. Entonces se recordó la profecía de Andrés de Proaza y se decidió colgar el sillón boca abajo del techo de la Capilla Universitaria, para evitar que nadie volviera a sentarse en él.

El sillón del diablo hoy en día

En 1890, el sillón del diablo pasó a formar parte de los fondos del Museo Arqueológico de Valladolid, donde se puede ver hoy en día en el tercer piso. Se trata de una pieza de gran valor histórico y artístico, pero también de una reliquia que despierta el morbo y la fascinación de los visitantes. Un cordón impide que los curiosos se sienten en él, por si acaso.

La leyenda del sillón del diablo es una de las más populares de Valladolid, y se puede conocer más a fondo a través de una de las rutas teatralizadas que ofrece la ciudad, llamada “Fantasmas y más”. Se trata de una forma divertida y original de descubrir el lado más oscuro y misterioso de la capital castellana.

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