Crisis y Cambio de Núcleo
Tarteso experimentó una transformación significativa en el siglo VI a.C. en el valle del Guadalquivir. Este cambio se ha atribuido a diversas causas, incluyendo factores políticos, comerciales y climáticos. Sin embargo, lo que es aún más intrigante es que después de esta crisis, Tarteso no desapareció, sino que cambió su núcleo más al norte, en el valle medio del Guadiana. Aquí, esta civilización alcanzó su apogeo económico y cultural.
Un Final Abrupto e Inesperado
Lo que sigue siendo un misterio es el abrupto final de Tarteso. Entre finales del siglo V a.C. y principios del IV a.C., los tartesios ocultaron y abandonaron sus asentamientos. No hay evidencias de invasión o conquista, lo que ha llevado a algunos investigadores a proponer el cambio climático como posible causa. Se sugiere que una prolongada temporada de inundaciones pudo haber hecho que las tierras fueran improductivas y obligado a la población a buscar mejores lugares para vivir.
Una Nueva Fase del Poblamiento
Después de un breve hiato, los habitantes del Guadiana Medio inauguraron la cultura de los oppida, de los poblados fortificados en altura. Sin embargo, aún queda por determinar a dónde fueron a parar las poblaciones que ocuparon los asentamientos durante la próspera etapa anterior. Aunque lo lógico sería pensar que son ellos los que inauguran esta nueva fase del poblamiento, los restos arqueológicos para sostener esa hipótesis siguen siendo muy débiles.
La historia de Tarteso es un recordatorio de que, aunque podemos aprender mucho del pasado, siempre habrá misterios por resolver. A medida que continuamos desentrañando los secretos de esta antigua civilización, podemos esperar descubrir más sobre nuestra propia historia y cómo las culturas del pasado han moldeado el mundo en el que vivimos hoy.